Delmar Retro presenta : Jack the Nipper Esta ves le toca a un juego picante para la epoca
Jack the Nipper, niño inglesito travieso si los habia
DATA:Full title Jack the Nipper
Year of release 1986
Publisher Gremlin Graphics Software Ltd (UK)
Re-released by Erbe Software S.A. (Spain)
Author(s) Greg A. Holmes, Nick Laa, Peter M. Harrap, John Holmes
Machine type MSX ,ZX Spectrum 48K, COMODOR 64
Number of players 1
Controls Kempston, Interface 2, Cursor and Keyboard
Type Arcade: Adventure
Message language English
Original price £7.95
Budget price £2.99
Jack era un niño muy bueeeeno, muy bueeeno. Todo un angelito. De hecho, era tan bueno que se daba asco a sí mismo. Así que decidió cambiar de hábitos, y divertirse un poco en su pueblo.
En ese momento, las ancianitas se echaron a temblar, a los gatos se les erizaron los lomos, y los tenderos trataron de poner a buen recaudo su mercancía más frágil.
No les sirvió de nada... una versión mocosa, de medio metro de estatura y cabezona de Atila, el rey de los Hunos, andaba suelta.
Jack the nipper (curioso juego de palabras con "nipper", que significa algo así como "chavalillo", y el nombre del célebre destripador, "Jack the ripper", en inglés) es uno de los juegos más originales de la época de los 8 bits. El objetivo consiste en, simplemente, convertir a un angelito en un gamberro patológico. El juego está planteado en forma de aventura, con ciertos toques de arcade.
Hemos de avanzar a través del pueblo, recogiendo los objetos que creamos que puedan sernos más útiles, y soltándolos donde hagan más daño. Jack sólo puede llevar dos cosas a la vez, y la mayor parte del tiempo, una de ellas será su fiel tirabolitas... (o cerbatana... no sé cómo llamaréis vosotros a aquellos chismes que nos hacíamos en la EGB con el canuto de un bolígrafo BIC, y con el que bombardeábamos a las niñas -hasta que se nos activaron las hormonas, claro... desde entonces, hasta ahora, han sido ellas las que nos han bombardeado a nosotros, jejeje).
En el pueblo hay museo, cuartel de policía, banco, guardería, parque, una fábrica y varios tipos de espacios físicos donde, a cambio de una contraprestación económica, la gente puede adquirir bienes o servicios. Vamos, para los de la LOGSE, lo que viene a ser una tienda. Además existe un buen número de pasadizos secretos que, ocultos detrás de los radiadores, comunican varias partes del pueblo entre sí, aunque solo podremos acceder a ellos si disponemos del objeto adecuado. Venga, seré bueno. Es la llave.
Si con todo esto no te entran unas ganas irrefrenables de jugarlo es que en lugar de sangre tienes horchata, o que estás hecho de cartón piedra. Nunca se sabe. Yo, cuando por aquella época leí la reseña en Microhobby, fui desde mi casa hasta la tienda de videojuegos sin dejar de frotarme las manos, imaginando la cantidad de destrozos que iba a provocar y con una palabra resonando en mi cabeza: CAOS. Una letra por neurona. No había para más.
Gráficamente la calidad es alta y con un aspecto simpático. Los escenarios están plagados de detalles, los personajes parecen sacados de un tebeo y, aunque se muevan ortopédicamente, cosa bastante común por otra parte, no afecta a la diversión. El sonido, sin ser una maravilla, cumple a la perfección. El manejo es correcto, aunque en ocasiones un poco complicado, sobre todo cuando intentamos escalar en algunos lugares o con la absurda manía de obligarnos a usar “Enter” para cruzar las puertas.
En cuanto a la jugabilidad, decir que este juego tiene, para variar, una dificultad que en los años 80 se dio por llamar “reto” es decir, difícil que te cagas, pero que, una vez que le hemos pillado el tranquillo, consigue que pasemos unos ratos muy entretenidos haciendo todas esas barrabasadas que siendo niños soñamos hacer pero que, por cobardía, nunca nos atrevimos.
Tan solo añadir que, como ya habréis podido suponer, toda la descripción del principio referente a mi actualidad es ficticia. Sigo siendo guapo, inteligente, agradable, cariñoso, rico y con mas paquete que la central de Seur. Un partidazo.